· Karen Cervantes · coworking · 5 min de lectura

Mejora tu productividad sin sacrificar tu bienestar

¿Quieres ser más productivo sin volverte un zombie? Aquí te contamos cómo lograrlo.

¿Quieres ser más productivo sin volverte un zombie? Aquí te contamos cómo lograrlo.

Vivimos en un mundo donde siempre parece que tenemos que hacer más en menos tiempo, y la productividad a veces se traduce en estar todo el día trabajando y agotados. Pero, ¿y si pudieras ser más productivo sin sacrificar tu bienestar? te cuento algunos hábitos fáciles que te ayudarán a lograr más, sin perder el equilibrio ni tu energía. Porque ser productivo no tiene por qué significar estar exhausto. 

Importancia de los descansos

Reducción del estrés: El trabajo constante puede generar altos niveles de estrés, lo que impacta tanto en la salud mental como física. Los descansos ofrecen un respiro necesario para disminuir la tensión, reducir la ansiedad y aliviar la presión laboral. Al tomarse un tiempo para relajarse, las personas son capaces de manejar mejor las demandas del trabajo y mantener un equilibrio emocional más saludable.

Mejor salud física: Los descansos también son importantes para prevenir problemas físicos derivados de una postura prolongada, el uso constante de la computadora o la repetición de tareas. Sin pausas, podrías desarrollar problemas como dolor en la espalda, cuello o muñecas, fatiga visual y trastornos musculoesqueléticos. Realizar descansos cortos durante el día, como caminar o estirarse, ayuda a aliviar la tensión muscular y a prevenir problemas de salud a largo plazo.

Fomento de la creatividad y la resolución de problemas: Cuando trabajamos sin descanso, nuestro cerebro se satura, lo que dificulta la creatividad y la resolución de problemas complejos. Los descansos permiten que la mente se desconecte temporalmente del trabajo, lo que favorece la claridad mental y estimula la creatividad.

Mejor clima laboral: El descanso adecuado no solo beneficia a la persona que lo toma, sino que también mejora el clima laboral general. Los empleados que tienen tiempo para descansar están menos irritados y más dispuestos a colaborar y comunicarse efectivamente con sus compañeros. Esto favorece la creación de un ambiente de trabajo positivo y cooperativo, lo cual es crucial para el éxito organizacional.

Estrategias para desconectar del trabajo

Desconectar del trabajo es esencial para mantener un buen equilibrio entre la vida personal y profesional, y evitar el agotamiento o el estrés. Aquí te comparto algunas estrategias que pueden ayudarte a lograrlo:

Establece horarios fijos de trabajo

Define un horario claro para comenzar y finalizar tu jornada laboral. Una vez que se termina el horario, procura no revisar correos electrónicos ni responder a mensajes relacionados con el trabajo. Esto ayuda a poner límites.

Si trabajas desde casa, crea un espacio físico dedicado exclusivamente al trabajo. Al salir de ese espacio, puedes “cortar” tu conexión con el trabajo.

Usa la tecnología a tu favor

Utiliza aplicaciones de gestión del tiempo como temporizadores o aplicaciones que bloqueen el acceso a plataformas de trabajo fuera de tu horario, ayudándote a evitar caer en la tentación de seguir trabajando.

Realiza actividades físicas

El ejercicio es una excelente forma de liberar tensiones y mejorar el estado de ánimo. Ya sea una caminata, yoga, correr o practicar deportes, el ejercicio ayuda a despejar la mente y reducir el estrés.

Si trabajas mucho tiempo sentado, integra pausas activas para estirarte y mover el cuerpo. Esto mejora la circulación y la concentración.

Implementar estas estrategias te permitirá tener un descanso real, reducir el estrés y mantener un bienestar físico y emocional que beneficiará tanto tu vida personal como tu rendimiento profesional.

Técnicas de productividad

Existen diversas técnicas de productividad que puedes usar para gestionar mejor tu tiempo, aumentar tu concentración y trabajar de manera más eficiente. Aquí te comparto algunas de las más efectivas:

  1. Técnica Pomodoro: La técnica Pomodoro consiste en trabajar en intervalos de 25 minutos, seguidos de una breve pausa de 5 minutos. Después de cuatro bloques de trabajo (o “pomodoros”), tomas una pausa más larga de 15 a 30 minutos. Ayuda a mantener la concentración, reduce el agotamiento mental y crea una sensación de urgencia, lo que puede aumentar la productividad.

  2. Método de las 2 Minutos (David Allen): Si una tarea puede completarse en 2 minutos o menos, hazla de inmediato. La idea es evitar que tareas pequeñas se acumulen, lo que puede generar distracción o agobio. Previene la procrastinación y mantiene las tareas bajo control sin que se acumulen.

  3. Técnica de los 3 Principales (Top 3 Priorities): Al inicio del día o la semana, selecciona las tres tareas más importantes o significativas que debes completar. Esto ayuda a concentrarte en lo que realmente mueve tu agenda hacia adelante. Focaliza tu energía en las tareas que tienen un mayor impacto, evitando que te disperse la cantidad de tareas que puedas tener.

  4. Técnica de “Batching” (Agrupar Tareas): Consiste en agrupar tareas similares y hacerlas todas en un solo bloque de tiempo. Por ejemplo, puedes agrupar todas las tareas relacionadas con el correo electrónico, como revisar y responder mensajes, en un bloque específico durante el día. Ayuda a evitar la dispersión, reduciendo el tiempo perdido en cambiar de contexto entre tareas diferentes.

  5. Matriz de Eisenhower (Urgente vs. Importante): La matriz de Eisenhower divide las tareas en cuatro categorías:

    1. Urgente e importante (hacer ahora)
    2. No urgente, pero importante (planificar para hacerlo)
    3. Urgente, pero no importante (delegar)
    4. Ni urgente ni importante (eliminar o posponer)

Ayuda a priorizar tareas según su impacto y urgencia, evitando que lo urgente tome más tiempo del necesario.

En resumen, la productividad no debería ser un objetivo en sí mismo, sino una herramienta para vivir mejor. El verdadero éxito no se trata solo de lo que logras, sino de cómo lo haces, sin poner en riesgo tu bienestar. Ser productivo no significa estar ocupado todo el tiempo, sino encontrar maneras de ser más eficiente mientras cuidas de tu cuerpo, tu mente y tus emociones. Establecer límites, tomarse pausas, priorizar el descanso y hacer cosas que realmente importan son claves para una productividad sostenible. Al final, se trata de encontrar un equilibrio que te permita avanzar hacia tus metas sin perder el disfrute del camino. La productividad consciente es aquella que reconoce que el bienestar es la base de todo lo demás, y cuando te enfocas en él, las metas llegan de forma mucho más natural y satisfactoria.

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